Reducir el reflujo ácido y los riesgos de asfixia.
La asfixia puede ser una experiencia muy alarmante y perturbadora para muchas personas que padecen reflujo ácido, tanto bebés como adultos. El síntoma de asfixia suele ocurrir por la noche, cuando una persona está durmiendo, y la asfixia despierta a la persona, que luego suele toser violentamente para aclararse la garganta y recuperar el aliento. ¿Por qué ocurre el reflujo ácido y la asfixia? Cuando se produce reflujo ácido durante el sueño, las defensas naturales del cuerpo contra el reflujo quedan desactivadas. Por ejemplo, ya no tiene la capacidad de tragar saliva, que neutraliza el ácido, y el esfínter esofágico inferior (EEI) se relaja, permitiendo que el ácido del estómago...

Reducir el reflujo ácido y los riesgos de asfixia.
La asfixia puede ser una experiencia muy alarmante y perturbadora para muchas personas que padecen reflujo ácido, tanto bebés como adultos. El síntoma de asfixia suele ocurrir por la noche, cuando una persona está durmiendo, y la asfixia despierta a la persona, que luego suele toser violentamente para aclararse la garganta y recuperar el aliento.
¿Por qué ocurre el reflujo ácido y la asfixia? Cuando se produce reflujo ácido durante el sueño, las defensas naturales del cuerpo contra el reflujo quedan desactivadas. Por ejemplo, ya no tiene la capacidad de tragar saliva, que neutraliza el ácido, y el esfínter esofágico inferior (EEI) se relaja y ya no bloquea el flujo del ácido del estómago hacia el esófago. Deshabilitar sus defensas naturales no solo puede causar acidez de estómago, sino que también puede hacer que el ácido del estómago suba por el esófago y se acumule en la garganta, permitiendo que fluya hacia la boca y la nariz. En este caso, el ácido puede ser aspirado (aspirado mientras se respira), haciendo que gotee hacia los pulmones y la tráquea, provocando asfixia y posible daño a los pulmones.
Existen algunos factores que pueden provocar reflujo ácido y asfixia nocturna en adultos. A continuación se muestra un desglose de estos factores principales, seguido de los pasos para abordar el problema:
– Dormir boca arriba – Cuando duerme boca arriba (acostado boca arriba), el ácido del estómago puede fluir libremente hacia el esófago y permanecer allí durante un largo período de tiempo. Esto puede provocar acidez de estómago y hacer que el ácido suba por el esófago hasta la garganta.
Consejo de prevención: duerma con la cabeza y los hombros elevados entre 3 y 6 pulgadas por encima del colchón. Utilice almohadas para apoyarse. La idea es colocar el cuerpo en una ligera inclinación para que el ácido no pueda entrar en la parte superior del esófago. Dormir del lado izquierdo también puede resultar beneficioso, ya que los estudios han demostrado que dormir del lado derecho puede empeorar el problema.
– Dormir con ropa ajustada: la ropa ajustada que se ajusta alrededor de la cintura ejerce presión sobre el estómago y puede forzar el ingreso de ácido al esófago.
Consejo de prevención: use ropa/pijamas holgados al acostarse y evite pantalones, pantalones cortos o ropa interior con bandas elásticas ajustadas en la cintura. Mientras duerme, no desea causar molestias innecesarias que aumenten o empeore el riesgo de reflujo.
– Comer antes de acostarse – Muchas personas cometen el error de comer o beber justo antes de acostarse. Acostarse demasiado pronto después de comer ralentiza el proceso digestivo y dormir con el estómago lleno aumenta drásticamente el riesgo de acidez estomacal, así como de reflujo ácido y asfixia.
Consejo de prevención: elimine de su dieta habitual los alimentos que desencadenan los síntomas del reflujo ácido (por ejemplo, alimentos grasos y picantes, alcohol, etc.) y evite comer o beber 2 o 3 horas antes de acostarse. Cuando tenga sed, beba agua lentamente en pequeñas cantidades.
¿Cómo puedo prevenir el reflujo ácido y la asfixia en mi hijo? Desafortunadamente, los bebés también son propensos a sufrir reflujo ácido y síntomas de asfixia. La razón principal de esto es que el EEI no está completamente desarrollado en muchos bebés menores de 18 meses. Los signos de reflujo ácido en su bebé incluyen:
Escupir frecuentemente debido a la falta de sueño.
– Emoción extrema
– Arquear o estirar frecuentemente la espalda o el cuello
– Rechazo de alimentos
– Aumento de peso lento
– Infecciones crónicas de los senos nasales o del oído
Si su hijo presenta alguno de estos síntomas, su pediatra debe diagnosticarlo adecuadamente. El reflujo ácido en niños es muy complicado de diagnosticar y sólo el pediatra de su hijo puede hacer este diagnóstico y determinar qué tratamiento es mejor para su hijo. Nunca diagnostique a su hijo solo.
Si su hijo todavía sufre de reflujo ácido y asfixia, puede evitar que sufra de las siguientes maneras:
– Cambiar la dieta. Esto puede significar darle a su hijo:
– Comidas más pequeñas y más frecuentes
– Fórmula espesa con cereal de arroz
– Evite alimentos que provoquen reflujo ácido como frutas cítricas, productos a base de tomate, bebidas carbonatadas, comidas picantes, chocolate, etc.
– Mantener al niño erguido durante la alimentación.
– Mantener al niño erguido durante al menos media hora después de comer
– Coloque al niño de manera que quede inclinado y con la cabeza y los hombros ligeramente elevados. Esto se puede hacer con una almohada en forma de cuña.
– Su médico también puede recetarle medicamentos.
Finalmente, cualquier persona que experimente reflujo ácido nocturno y asfixia u otros síntomas debe hablar con su médico y recibir el tratamiento necesario para prevenir la aparición de síntomas y evitar daños al esófago y/o a los pulmones.
Inspirado por Kathryn Whittaker