Por qué hay más alergias y obesidad hoy que hace años
Ésta es una pregunta difícil de responder porque nadie lo sabe realmente. Sin embargo, existen diferencias en los enfoques para criar a los niños que pueden tener un impacto. En mi juventud, después de la Segunda Guerra Mundial, a los niños se les daba de todo para comer y no se tenían en cuenta las alergias. Mi cuerpo era lo más parecido a eso, el polvo del que se formaría el seno. Nadie en mi familia ni nadie que conociéramos mencionó alguna vez las alergias. Los bebés fueron criados con gusto por todo, incluso si lo escupen. Los huevos estaban en lo más alto del menú, al igual que los frutos secos, frutas, verduras de todo tipo...

Por qué hay más alergias y obesidad hoy que hace años
Ésta es una pregunta difícil de responder porque nadie lo sabe realmente. Sin embargo, existen diferencias en los enfoques para criar a los niños que pueden tener un impacto. En mi juventud, después de la Segunda Guerra Mundial, a los niños se les daba de todo para comer y no se tenían en cuenta las alergias. Mi cuerpo era lo más parecido a eso, el polvo del que se formaría el seno. Nadie en mi familia ni nadie que conociéramos mencionó alguna vez las alergias.
Los bebés fueron criados con gusto por todo, incluso si lo escupen. Los huevos encabezaban el menú, al igual que los frutos secos, las frutas, las verduras de todo tipo y, por supuesto, la carne. A mis hijos los trataron exactamente igual. A mis bebés les dieron leche de vaca cuando fueron destetados y no retuvieron nada en la comida.
En cambio, mi hija lee libros para determinar qué deben comer sus hijos. Se les negaron huevos y muchos otros alimentos. El resultado que puede derivarse de esta práctica es que uno de ellos sea muy alérgico a determinados alimentos.
Los otros factores que entraron en escena fueron libros escritos por médicos varones que enfatizaban la importancia de negar algunos alimentos a un niño pequeño. Además de que la comida chatarra reemplaza las comidas frescas o caseras, a los niños pequeños se les dan cosas como refrescos azucarados, alimentos ricos en sal y otras cosas, así como dulces como donas y galletas con glaseado.
Ver a las madres jóvenes alimentar con estas cosas a sus niños pequeños en los centros comerciales para mantenerlos tranquilos mientras ella se concentra en sus compras lleva a otros pensamientos. ¿Por qué traer a un niño tan pequeño a estos lugares donde ve comida chatarra y grita como loco para conseguirla?
Puede resultar difícil para las madres superar las pruebas y errores modernos para evitar problemas de salud, pero deben ser conscientes de lo que están provocando las actitudes modernas respecto de la crianza de los hijos. Si bien estos factores pueden no ser responsables de las alergias, a algunos profesionales les puede resultar interesante examinar los cambios actuales en esta área en comparación con los años de la posguerra. También podría resultar útil comprender los problemas de obesidad que enfrentan algunos adultos.
Ciertamente, lo que los niños crecen les sigue hasta el mundo de los adultos. Esto puede ser cierto para aquellos que no pueden caminar por un centro comercial sin visitar primero las tiendas de comida chatarra. Pensamientos interesantes que deberían explorarse más a fondo.
Inspirado por Norma Holt