Anticuerpos antimitocondrias en el autismo: ¿un marcador para el tratamiento?
El reciente interés en nuevos tratamientos para los trastornos del espectro autista se ha centrado en gran medida en el componente inmunológico de esta enfermedad. Los médicos de todo el mundo están cada vez más convencidos de que el autismo puede ser causado por un proceso autoinmune que daña el sistema neurológico del cuerpo. Un buen número de estudios han señalado marcadores inmunológicos aberrantes que son más comunes en niños autistas en comparación con niños sanos normales, pero la mayoría de estos marcadores nunca llegaron a las masas, sino que su acceso fue estrictamente con fines de investigación. Sin embargo, eso ahora ha cambiado. Hace unos años, los investigadores descubrieron que una proteína...

Anticuerpos antimitocondrias en el autismo: ¿un marcador para el tratamiento?
El reciente interés en nuevos tratamientos para los trastornos del espectro autista se ha centrado en gran medida en el componente inmunológico de esta enfermedad. Los médicos de todo el mundo están cada vez más convencidos de que el autismo puede ser causado por un proceso autoinmune que daña el sistema neurológico del cuerpo.
Un buen número de estudios han señalado marcadores inmunológicos aberrantes que son más comunes en niños autistas en comparación con niños sanos normales, pero la mayoría de estos marcadores nunca llegaron a las masas, sino que su acceso fue estrictamente con fines de investigación.
Sin embargo, eso ahora ha cambiado.
Hace unos años, los investigadores descubrieron que una proteína llamada neurotensina estaba extremadamente elevada en los niños autistas. Demostraron que este péptido liberaba ADN mitocondrial al espacio extracelular (fuera de la célula), lo que actuaba como un desencadenante autoinmune.
Las mitocondrias son esencialmente el "centro neurálgico" de la célula. Cuando su función se vuelve anormal, las células ya no tienen la energía para funcionar correctamente, lo que provoca la muerte celular o una función gravemente reducida. En ambos casos, las células con mitocondrias dañadas no funcionan bien. Las neuronas son muy sensibles al daño mitocondrial y tienen una cantidad menor que otras células que requieren mucha energía, como las células. B. Músculos.
Las mitocondrias tienen su propio contenido de ADN que está separado de nuestras propias células. Si este ADN mitocondrial se liberara de alguna manera en el espacio extracelular, el cuerpo reaccionaría ante él como si fuera extraño, como un virus o una bacteria, y desencadenaría una respuesta inmune. Esto es exactamente lo que causó la neurotensina. Los estudios demostraron que cuando aumentaba la neurotensina, el ADN mitocondrial se encontraba fuera del espacio extracelular.
Recientemente, los investigadores del Journal of Neuroinflammation fueron un paso más allá. Dado que la neurotensina no está disponible comercialmente, decidieron probar marcadores que sí lo estuvieran. También querían determinar si este ADN mitocondrial extracelular provocaba realmente una respuesta inmunitaria. De esta manera, los padres podrán decidir definitivamente si el sistema inmunológico de su hijo está atacando las mitocondrias.
Ingrese el anticuerpo antimitocondrial tipo II, un marcador de quirrosis biliar primaria.
Los investigadores descubrieron que este anticuerpo aumentaba significativamente en los niños autistas en comparación con los niños no afectados por el autismo, lo que demuestra efectivamente que muchos niños que padecían autismo respondían a sus propias mitocondrias. Postularon que esta reacción afectaba múltiples aspectos del sistema inmunológico y sentó las bases para un posible daño o una inflamación excesiva.
Este es un gran estudio que muestra un posible proceso de causa y efecto. Se pueden probar anticuerpos antimitocondrias y la mayoría de las compañías de seguros cubren esta tarea.
Si a su hijo nunca le han hecho la prueba del anticuerpo, puede que valga la pena que su médico se la ordene. Saber que tu hijo puede estar sufriendo un proceso autoinmune es enorme. Definitivamente será un marcador que usaré y cambiará la forma en que trato a mis pacientes.
Inspirado por Joseph L Humpherys