Falta de oxígeno, que daña órganos vitales.
La susceptibilidad a la hipoxia varía entre los tejidos. Por ejemplo, el cerebro es muy vulnerable a la falta de oxígeno y puede provocar la muerte en cuestión de minutos si el cerebro no recibe este oxígeno para el metabolismo aeróbico. Sin embargo, el músculo esquelético de un brazo o una pierna puede sufrir un metabolismo anaeróbico (sin necesidad de oxígeno) durante varios minutos o más (dependiendo del entrenamiento de la persona) antes de que se sientan los efectos nocivos. En este artículo explicamos los tejidos más vulnerables a la falta de oxígeno (o hipoxia). Estos incluyen cuencas hidrográficas, tejido subendocárdico y corteza/médula renal. Las áreas de cuencas hidrográficas son áreas entre dos vasos sanguíneos (de ahí el nombre de cuencas hidrográficas). Ejemplos...

Falta de oxígeno, que daña órganos vitales.
La susceptibilidad a la hipoxia varía entre los tejidos. Por ejemplo, el cerebro es muy vulnerable a la falta de oxígeno y puede provocar la muerte en cuestión de minutos si el cerebro no recibe este oxígeno para el metabolismo aeróbico. Sin embargo, el músculo esquelético de un brazo o una pierna puede sufrir un metabolismo anaeróbico (sin necesidad de oxígeno) durante varios minutos o más (dependiendo del entrenamiento de la persona) antes de que se sientan los efectos nocivos. En este artículo explicamos los tejidos más vulnerables a la falta de oxígeno (o hipoxia). Estos incluyen cuencas hidrográficas, tejido subendocárdico y corteza/médula renal.
Las áreas de cuencas hidrográficas son áreas entre dos vasos sanguíneos (de ahí el nombre de cuencas hidrográficas). Ejemplos de cuencas hidrográficas incluyen el tejido irrigado por las arterias cerebrales anterior y media (el área del cerebro entre estas dos arterias). Otro ejemplo es un área cercana al bazo (específicamente el ángulo esplénico del intestino) que está irrigada por las arterias mesentéricas superior e inferior.
El tejido subendocárdico (del corazón) también es susceptible a la hipoxia. Esta área está irrigada por arterias coronarias que atraviesan la superficie epicárdica para llegar al tejido subendocárdico. Los pacientes con enfermedad de las arterias coronarias pueden experimentar síntomas de dolor en el pecho durante el estrés (como el ejercicio).
Por último, determinadas partes del riñón (corteza y médula renal) también son muy susceptibles a la falta de oxígeno. El túbulo proximal (porción recta) es el más vulnerable y la médula renal (porción ascendente gruesa) también es muy vulnerable.
Debido a la mayor vulnerabilidad de los tejidos, la hipoxia puede dañar estos órganos vitales (cerebro, corazón y riñón). En resumen, el daño cerebral se produce en los accidentes cerebrovasculares, los ataques cardíacos provocan un daño cardíaco irreversible y la insuficiencia renal puede resultar de infartos en las arterias que suministran sangre al riñón (arteria renal).
Inspirado por Saifullah Nasir