Un estudio arroja nueva luz sobre cómo la reproducción cambia permanentemente los huesos de las mujeres
La reproducción cambia permanentemente los huesos de las hembras de formas hasta ahora desconocidas, según ha descubierto un equipo de antropólogos. Su descubrimiento, basado en análisis de primates, arroja nueva luz sobre cómo el nacimiento puede cambiar permanentemente el cuerpo. "Nuestros resultados proporcionan evidencia adicional del profundo impacto que la reproducción tiene en el organismo femenino y demuestran además que el esqueleto no es un órgano estático, sino dinámico que cambia con los acontecimientos de la vida", explica Paola Cerrito, quien dirigió la investigación como candidata doctoral en el Departamento de Antropología y Facultad de Odontología de la Universidad de Nueva York. En particular, los investigadores encontraron...

Un estudio arroja nueva luz sobre cómo la reproducción cambia permanentemente los huesos de las mujeres
La reproducción cambia permanentemente los huesos de las hembras de formas hasta ahora desconocidas, según ha descubierto un equipo de antropólogos. Su descubrimiento, basado en análisis de primates, arroja nueva luz sobre cómo el nacimiento puede cambiar permanentemente el cuerpo.
"Nuestros resultados proporcionan evidencia adicional del profundo impacto que la reproducción tiene en el organismo femenino y demuestran además que el esqueleto no es un órgano estático, sino dinámico que cambia con los acontecimientos de la vida", explica Paola Cerrito, quien dirigió la investigación como candidata doctoral en el Departamento de Antropología y Facultad de Odontología de la Universidad de Nueva York.
Específicamente, los investigadores encontraron que las concentraciones de calcio, magnesio y fósforo son más bajas en las mujeres que han experimentado la reproducción. Estos cambios están asociados con el parto mismo y la lactancia.
Sin embargo, advierten que, si bien otros estudios clínicos muestran que el calcio y el fósforo son necesarios para una resistencia ósea óptima, los nuevos resultados no abordan las implicaciones generales para la salud ni de los primates ni de los humanos. Más bien, dicen, el trabajo ilumina la naturaleza dinámica de nuestros huesos.
Un hueso no es una parte estática y muerta del esqueleto. Se adapta y responde continuamente a los procesos fisiológicos”.
Shara Bailey, autora del estudio y antropóloga, Universidad de Nueva York
Los otros autores del estudio, que aparece en la revista PLOS ONE, son Timothy Bromage, profesor de la Facultad de Odontología de la Universidad de Nueva York, Bin Hu, profesor asociado de la Facultad de Odontología de la Universidad de Nueva York, Justin Goldstein, estudiante de posgrado de la Universidad Estatal de Texas, y Rachel Kalisher, estudiante de posgrado de la Universidad de Brown.
Se sabe desde hace mucho tiempo que la menopausia puede tener un impacto en los huesos de las mujeres. Lo que está menos claro es cómo los eventos previos del ciclo de vida, como la reproducción, pueden influir en la composición del esqueleto. Para abordar esto, los investigadores examinaron el hueso laminar primario, el principal tipo de hueso en un esqueleto maduro. Este aspecto del esqueleto es una parte ideal del cuerpo para estudiar porque cambia con el tiempo, dejando marcadores biológicos de estos cambios que permiten a los científicos monitorear los cambios a lo largo de la vida.
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En el estudio PLOS ONE, los investigadores examinaron la tasa de crecimiento de los huesos laminares en los fémures, o huesos del muslo, de primates machos y hembras que habían vivido en la Estación de Campo Sabana Seca en Puerto Rico y murieron por causas naturales. Los veterinarios de la estación de campo habían monitoreado y registrado información sobre la salud y el historial reproductivo de estos primates, lo que permitió a los investigadores relacionar los cambios en la composición ósea con los acontecimientos de la vida con notable precisión.
Cerrito y sus colegas utilizaron microscopía electrónica y análisis de rayos X de dispersión de energía (métodos comúnmente utilizados para determinar la composición química de muestras de tejido) para calcular los cambios en las concentraciones de calcio, fósforo, oxígeno, magnesio y sodio en los primates. Hueso.
Sus resultados mostraron diferentes niveles de algunos de estos elementos al dar a luz a hembras en comparación con machos y hembras que no dieron a luz. Específicamente, en las mujeres que dieron a luz, el calcio y el fósforo eran más bajos en los huesos formados durante los eventos reproductivos. Además, hubo una disminución significativa en la concentración de magnesio durante la lactancia de los bebés por parte de estos primates.
"Nuestra investigación muestra que el esqueleto reacciona dinámicamente a los cambios en el estado reproductivo incluso antes de que finalice la fertilidad", dice Cerrito, ahora investigador asociado en ETH Zurich. "Además, estos resultados reafirman el impacto significativo que el parto tiene en el organismo femenino; en pocas palabras, la evidencia de la reproducción está 'escrita en los huesos' durante toda la vida".
Fuente:
Referencia:
Cerrito, P., et al. (2022) La composición elemental del hueso laminar primario difiere entre monos rhesus hembras con y sin hijos. Más uno. doi.org/10.1371/journal.pone.0276866.
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