Un hisopo de saliva antes del reemplazo de cadera podría predecir si el procedimiento funcionará.
Investigadores británicos han descubierto que las señales de ADN que se esconden en muestras de saliva y sangre están relacionadas con una reacción adversa a los materiales de la mayoría de los implantes articulares.
Alrededor del 15 por ciento de los británicos tienen estos rasgos genéticos, que hacen que el sistema inmunológico ataque el tejido alrededor del material, provocando dolor e hinchazón.
Los estudios han demostrado desde hace tiempo que alrededor de una quinta parte de las personas reaccionan mal a una articulación artificial hecha de cromo cobalto. Pero hasta ahora, los expertos no sabían por qué, lo que significa que los médicos no podían decir si un paciente reaccionaría mal o no a su nueva articulación.
Investigadores británicos han descubierto que las señales de ADN que se esconden en muestras de saliva y sangre están relacionadas con una reacción adversa a los materiales de la mayoría de los implantes articulares. Alrededor del 15% de los británicos tienen estos rasgos genéticos, que hacen que el sistema inmunológico ataque el tejido alrededor del material, provocando dolor e hinchazón.
Además de descubrir al culpable genético, el equipo de investigación de la Universidad de Newcastle ha desarrollado un sistema de prueba que puede detectar el gen en los pacientes con aproximadamente un 90 por ciento de precisión.
En un estudio, más de 600 pacientes que se habían sometido a una cirugía de reemplazo de articulaciones en la última década fueron evaluados con hisopos de saliva y análisis de sangre.
Una computadora analizó los datos y reveló que los pacientes que experimentaron complicaciones portaban ciertos genes. El equipo cree que pueden utilizar este sistema de pruebas para identificar quién puede estar en riesgo.
Alrededor del diez por ciento de los británicos se someterán a una cirugía de reemplazo de articulaciones durante su vida. El procedimiento se utiliza a menudo para reparar daños asociados con la artritis o el desgaste relacionado con la edad.
Si el reemplazo articular tiene éxito, durará entre 15 y 25 años.
Para los pacientes con sensibilidad genética al cromo-cobalto, generalmente se realiza un segundo procedimiento utilizando materiales alternativos a los pocos meses del primero.
El Dr. David Langton, director de ExplantLab, una organización con sede en Newcastle que estudia los vínculos entre la genética y el rendimiento de los dispositivos médicos que participó en el estudio, dijo: "Hay poca investigación sobre por qué los reemplazos de articulaciones no funcionan en algunos pacientes. Cuando una articulación falla, es necesario reemplazarla y esto plantea un riesgo mucho mayor de pérdida de sangre, infección e incluso muerte.
"Nuestros hallazgos son un gran paso para brindar a los pacientes más opciones a la hora de elegir el tipo de implante articular y ayudarlos a tomar decisiones informadas sobre los riesgos asociados".
