Un estudio sugiere que una exploración durante los exámenes oculares de rutina podría detectar pacientes con alto riesgo de sufrir un ataque cardíaco.
Los expertos dicen que las pruebas permiten a los médicos intervenir tempranamente y reducir el riesgo.
Esto puede incluir consejos sobre fumar y hacer ejercicio, o recetar medicamentos para controlar el colesterol y la presión arterial alta.
Investigadores de la Universidad de Edimburgo utilizaron las exploraciones para crear una puntuación de riesgo personalizada para cada paciente.
Combina información sobre el patrón de los vasos sanguíneos de la retina en la parte posterior del ojo con datos genéticos, así como con la edad, el sexo, la presión arterial y el peso. Su análisis se basó en registros del Biobanco del Reino Unido, que contiene información médica completa sobre 500.000 personas.
Un estudio sugiere que una exploración durante los exámenes oculares de rutina podría detectar pacientes con alto riesgo de sufrir un ataque cardíaco. Los expertos dicen que las pruebas permiten a los médicos intervenir temprano y reducir el peligro.
Esto puede incluir consejos sobre fumar y hacer ejercicio, o recetar medicamentos para controlar el colesterol y la presión arterial alta. Investigadores de la Universidad de Edimburgo utilizaron las exploraciones para crear una puntuación de riesgo personalizada para cada paciente.
El modelo fue mejor para predecir el riesgo de ataque cardíaco que los métodos actuales, y los científicos dicen que podría usarse como método de detección.
La investigadora Ana Villaplana-Velasco dijo: "Ya sabíamos que las variaciones en la vasculatura de la retina podrían proporcionar información sobre nuestra salud. Debido a que las imágenes de la retina son una técnica no invasiva, decidimos investigar los beneficios para la salud que podríamos obtener de estas imágenes.
"Descubrimos que la dimensión fractal inferior (patrones simplificados de ramificación de los vasos) está relacionada con la enfermedad de las arterias coronarias y, por lo tanto, con el infarto de miocardio, comúnmente conocido como ataque cardíaco".
Se cree que también podrían usarse diferentes patrones de vasos sanguíneos en la retina para determinar la probabilidad de diabetes y accidente cerebrovascular. La edad promedio de un ataque cardíaco es 60 años, por lo que sería apropiado calcular una puntuación de riesgo individual a partir de los 50 años, dijo la Sra. Villaplana-Velasco.
Y añadió: “Esto permitiría a los médicos sugerir conductas que podrían reducir el riesgo, como dejar de fumar y mantener niveles normales de colesterol y presión arterial.
"Nuestro trabajo muestra lo importante que es un análisis exhaustivo de los datos recopilados de forma rutinaria".
Los resultados se presentarán hoy en la reunión anual de la Sociedad Europea de Genética Humana.
El profesor Alexandre Reymond, presidente de la conferencia, afirmó: "Este estudio muestra lo importante que es implementar la prevención ahora y cómo la salud personalizada nos brinda las herramientas para hacerlo".
Un experto advirtió que la necesidad de incluir datos genéticos en el cálculo hacía que su uso en la práctica pudiera ser limitado.
