Amigdalitis en niños: ¡reconozca los síntomas alarmantes!
Los niños tienen más probabilidades de sufrir amigdalitis. Obtenga más información sobre los síntomas, las causas y las opciones de tratamiento.

Amigdalitis en niños: ¡reconozca los síntomas alarmantes!
En Alemania, la amigdalitis, también conocida como amigdalitis, es una enfermedad común que afecta especialmente a los niños. Los niños padecen esta enfermedad con mucha más frecuencia que los adultos y tiene varias causas. Un estudio realizado por Mundo Los estudios publicados muestran que los niños antes de la pubertad no tienen un sistema inmunológico completamente desarrollado, lo que los hace más susceptibles a la amigdalitis.
Los síntomas de amigdalitis en niños pueden ser extensos y menos claros. Además del clásico dolor de garganta, los síntomas suelen manifestarse como dolor abdominal, náuseas y dolores de cabeza. Esto es diferente de los adultos, que normalmente presentan dolor de garganta, enrojecimiento de la garganta y dificultad para tragar. Cuando un pediatra lo examina, a menudo se encuentran amígdalas inflamadas.
Síntomas y causas
Además de las amígdalas enrojecidas e inflamadas, los síntomas de la amigdalitis incluyen un dolor de garganta intenso que puede irradiarse a los oídos. Suelen ir acompañados de fiebre o escalofríos, así como de dolor al tragar. Especialmente en niños, también pueden producirse dolor abdominal, vómitos o pérdida de apetito. Franziska Zedler informó.
La amigdalitis es causada por virus o bacterias. Los patógenos más comunes incluyen rinovirus, adenovirus y estreptococos. Los niños son particularmente susceptibles a la enfermedad porque su sistema inmunológico aún está en desarrollo. La infección se produce a través de la saliva, por ejemplo al hablar, toser o estornudar.
Diagnóstico y tratamiento.
La amigdalitis se diagnostica examinando la cavidad bucal, la garganta y las amígdalas. Si se sospecha una infección bacteriana, especialmente pus en las amígdalas, se suele recomendar el tratamiento con antibióticos para evitar complicaciones. La amigdalitis viral, por otro lado, generalmente solo requiere alivio de los síntomas, como reposo, líquidos y analgésicos.
La amigdalitis suele desaparecer en una o dos semanas. En algunos casos, si las amígdalas están muy agrandadas o la inflamación reaparece, puede ser necesaria una extirpación parcial de las amígdalas o una amigdalectomía. Estas intervenciones permiten que las partes restantes de las amígdalas sigan utilizándose activamente como parte del sistema inmunológico. Zedler destaca que la prevención periódica, como lavarse las manos con frecuencia y evitar cambiar los vasos, es importante para evitar infecciones.