Presión arterial alta: un riesgo subestimado para el corazón y los vasos sanguíneos
Descubra cómo tres sencillas medidas pueden combatir la hipertensión arterial y así prevenir ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.

Presión arterial alta: un riesgo subestimado para el corazón y los vasos sanguíneos
La presión arterial alta, también conocida como hipertensión, es una amenaza común para la salud que muchas personas pasan desapercibidas. Cada año, alrededor de 2,2 millones de mujeres y 1,8 millones de hombres mueren en Europa a causa de esta enfermedad, que a menudo se manifiesta en accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos que ponen en peligro la vida. Martin Halle, director médico del Centro de Prevención y Medicina Deportiva de la Universidad Técnica de Múnich, deja claro que alrededor del 50 por ciento de estos trágicos casos se podrían haber evitado con medidas oportunas. El reconocimiento temprano y la acción específica son cruciales para la salud.
Existe un malentendido fundamental sobre los niveles de presión arterial. Mientras que las actuales directrices europeas sólo hablan de hipertensión arterial en valores de 140/90 mmHg, Halle explica que la presión arterial ideal es 120/80 mmHg. Esta discrepancia debe tenerse en cuenta porque la diferencia podría ser de vital importancia para muchas personas. Si los pacientes sólo se conforman con los valores límite, se exponen a riesgos innecesarios. Por lo tanto, el objetivo no debería ser simplemente respetar el valor límite, sino alcanzar valores óptimos para evitar daños a la salud.
Los peligros del aumento de la presión arterial
Es alarmante saber que incluso un pequeño aumento de la presión arterial, digamos 10 o 20 mmHg, puede dañar los vasos sanguíneos y tener consecuencias a largo plazo. El estrés se puede explicar claramente: una presión arterial de 160 mmHg significa aproximadamente cuatro centímetros más de presión que una presión arterial saludable de 120 mmHg. El corazón de una persona con presión arterial alta debe trabajar continuamente para mantener esta presión, lo que podría provocar un agotamiento momentáneo. Esta tensión constante puede provocar los siguientes riesgos graves: accidente cerebrovascular, ataque cardíaco o incluso insuficiencia renal.
Lo que resulta especialmente alarmante es que muchos de los afectados no interpretan correctamente los síntomas o los ignoran por completo. Si bien la presión arterial alta a menudo no causa ningún síntoma inmediato, pueden manifestarse deficiencias físicas importantes en un momento posterior. Signos como cansancio diurno o dolores de cabeza pueden indicar un aumento de la presión arterial, lo que debe tomarse en serio. Halle recomienda que todo el mundo se controle la presión arterial una vez al año para poder tomar medidas oportunas contra esta enfermedad potencialmente peligrosa.
Cambia tus hábitos
En Alemania, la hipertensión arterial es actualmente una enfermedad que afecta a casi una de cada tres personas. Las causas son diversas y muchas veces se deben a la obesidad, la falta de ejercicio y una dieta poco saludable. En particular, el alto consumo de sal en los alimentos típicos alemanes contribuye a la propagación de esta enfermedad. Halle señala que es fundamental cuestionar el propio estilo de vida y cambiarlo si es necesario.
Existen formas sencillas y eficaces de reducir la presión arterial de forma natural. Tres cambios clave en el estilo de vida pueden producir mejoras significativas. La primera medida es el ejercicio regular. Caminar 15 minutos al día puede reducir la presión arterial entre 5 y 8 mmHg. Sin embargo, esta actividad física debe convertirse en una rutina diaria y no debe verse como una tarea ardua sino como una oportunidad para disfrutar del aire libre.
La segunda medida es perder peso. Cada kilogramo que se pierde le quita mucha presión al corazón y a los vasos sanguíneos. Halle destaca que una pérdida de 10 kilogramos puede reducir la presión arterial entre 5 y 10 mmHg. Una dieta equilibrada con mucha verdura, un bajo consumo de pan y embutidos y menos sal puede jugar un papel fundamental aquí.
Para combinar eficazmente estos factores, a menudo se recomienda una dieta saludable como la mejor medida para combatir la presión arterial alta. Un estilo de vida que se centre en alimentos frescos y saludables y evite los alimentos envasados y ricos en sal es un paso pragmático en la dirección correcta. Estas medidas no sólo pueden ayudar a regular la presión arterial, sino que también le ayudarán a vivir más saludablemente y a mejorar su estado físico general mediante la pérdida de peso.
Martin Halle concluye diciendo que gracias a estos tres cambios cruciales, muchas personas pueden normalizar su presión arterial sin medicación. Incluso para los pacientes que ya están tomando medicamentos antihipertensivos, el ejercicio regular y los ajustes en la dieta pueden permitirles reducir la medicación con el tiempo, pero siempre bajo supervisión médica. Por eso es posible vencer la enfermedad si cuidamos nuestra salud y tomamos medidas preventivas.