¿Por qué nos sonrojamos y cuáles son los mecanismos subyacentes del sonrojo? La investigación tiene como objetivo descubrir

Transparenz: Redaktionell erstellt und geprüft.
Veröffentlicht am

En un estudio publicado recientemente en Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences, un grupo de investigadores examinó los sustratos neuronales y los procesos mentales que subyacen al colorete en respuesta a la introspección. Estudio: El cerebro sonrojado: los sustratos neuronales del aumento de la temperatura de las mejillas en respuesta a la introspección. Crédito de la foto: Sun OK/Shutterstock.com Antecedentes Darwin consideraba que el sonrojo, un enrojecimiento involuntario del rostro asociado con emociones conscientes como la vergüenza y el orgullo, era "la más humana de las expresiones". Sin embargo, sus mecanismos subyacentes siguen sin estar claros. Las teorías varían sobre si sonrojarse es un proceso cognitivo de nivel superior, autorreflexión o...

¿Por qué nos sonrojamos y cuáles son los mecanismos subyacentes del sonrojo? La investigación tiene como objetivo descubrir

En un estudio publicado recientemente en elActas de la Royal Society B: Ciencias BiológicasUn grupo de investigadores examinó los sustratos neuronales y los procesos mentales que subyacen al sonrojo en respuesta a la introspección.


Studie: Das errötende Gehirn: Neuronale Substrate der Wangentemperaturanstieg als Reaktion auf die Selbstbeobachtung. Bildnachweis: Sun OK/Shutterstock.com

fondo

Darwin consideraba que el rubor, un enrojecimiento involuntario del rostro asociado con emociones conscientes como la vergüenza y el orgullo, era "la más humana de las expresiones". Sin embargo, sus mecanismos subyacentes siguen sin estar claros. Las teorías varían sobre si sonrojarse es un proceso cognitivo de nivel superior que implica autorreflexión o una respuesta automática a la exposición social. Se necesita más investigación para comprender completamente las vías neuronales específicas y los procesos cognitivos que contribuyen al sonrojo y la timidez.

Sobre el estudio

En el presente estudio participaron sesenta y tres adolescentes de entre 16 y 20 años de Ámsterdam, reclutadas a través de las redes sociales y del grupo de estudiantes de la Universidad de Ámsterdam. Sin saber que cantarían karaoke, a los participantes solo se les informó sobre una tarea social que implicaba ver videos en un escáner de resonancia magnética (MRI). El reclutamiento inicial incluyó un cuestionario sobre síntomas de ansiedad social al que se invitaba a aquellos con puntuaciones altas o bajas.

De 63, 49 asistieron a la sesión de resonancia magnética; Otros no eran elegibles debido a factores como perforaciones o dispositivos intrauterinos (DIU). Nueve fueron excluidos debido a errores en los datos de la resonancia magnética funcional (f), lo que dejó 40 participantes (edad = 19,3 años, DE = 1,10). A un participante le faltaban datos sobre la temperatura de las mejillas y otro tenía datos de vergüenza autoinformados. Los participantes fueron compensados ​​con gastos de viaje y 30 euros o tres préstamos estudiantiles. La Junta de Revisión de Ética de la Facultad de Ciencias Sociales y del Comportamiento de la Universidad de Amsterdam aprobó el estudio.

Los participantes visitaron el laboratorio dos veces. La primera visita fue para cantar karaoke mientras nos grababan. La segunda visita implicó ver estos videos, así como videos de otro participante y un cantante profesional en un escáner de resonancia magnética mientras se tomaba la temperatura de las mejillas para evaluar el sonrojo. Los datos fisiológicos y de comportamiento se analizaron mediante regresión de efectos mixtos y análisis de varianza de medidas repetidas bayesianas (ANOVA). Los datos de FMRI se preprocesaron mediante análisis de neuroimágenes funcionales (AFNI), donde los análisis capturan sustratos neuronales asociados con los cambios de temperatura de las mejillas y la actividad evocada por la tarea y utilizan correlaciones entre sujetos para medir las similitudes en la actividad cerebral.

Resultados del estudio

El estudio examinó los efectos de diferentes condiciones de visualización sobre el sonrojo y encontró diferencias significativas en la temperatura de las mejillas. Los modelos de efectos mixtos mostraron un aumento notable en el sonrojo en la condición de autovisualización (mirándose a sí mismo cantar), siendo la temperatura de las mejillas significativamente mayor en comparación con las vistas profesionales y otras condiciones de visualización.

La condición de autovisión provocó la mayor respuesta de sonrojo (β = 0,022, p = 0,0049), mientras que la condición profesional mostró una pequeña disminución en la temperatura y la otra condición no mostró cambios significativos. Las pruebas pareadas dentro del modelo confirmaron que las respuestas de sonrojo eran significativamente mayores en la condición personal en comparación con la condición profesional (β = 0,033, p = 0,003). Un ANOVA bayesiano de medidas repetidas respaldó estos resultados, mostrando una fuerte evidencia de los efectos del estado personal en el sonrojo (BF10 = 17,3), mientras que otras condiciones se mantuvieron más cercanas a cero.

Con respecto a la actividad cerebral, los análisis dependientes de la tarea mostraron que se observaron actividades de observación asociadas con la excitación y prominencia emocional (corteza cingulada medial, ínsula anterior y corteza prefrontal dorsolateral) y actividad reducida en las regiones del modo predeterminado (corteza cingulada posterior, corteza, corteza, corteza cingulada, actividad reducida). corteza prefrontal medial y lóbulo parietal inferior). La condición profesional activó principalmente las regiones auditivas. El análisis del estudio mostró que el aumento de la temperatura de las mejillas se asociaba con la actividad en el núcleo neural y el núcleo del rafe, lo que sugiere una base neural para el sonrojo.

Un análisis más detallado mostró que los participantes que se sonrojaban más mostraban una mayor actividad en el cerebelo (lóbulo V) y el lóbulo paracentral izquierdo. Por el contrario, se encontraron asociaciones negativas en las circunvoluciones angulares y el fusiforme derecho. La interacción entre el rubor y la condición mostró que la respuesta cerebelosa era más fuerte en la condición del yo y la respuesta del lóbulo paracentral izquierdo era más fuerte en el yo que en la condición profesional.

Además, los participantes que se sonrojaron más mostraron una mayor correlación entre sujetos (ISC) en las cortezas visuales tempranas, lo que indica la actividad neuronal sincronizada que estaba sincronizada en el tiempo con el contenido del video.

Conclusiones

En resumen, para examinar los correlatos neuronales del sonrojo, los participantes vieron vídeos grabados de ellos mismos cantando karaoke mientras se medía su sonrojo fisiológico y su actividad cerebral. Los niveles de sonrojo fueron mayores cuando los participantes se vieron a sí mismos cantando en comparación con los demás. Aquellos que se sonrojaron más mostraron una mayor activación en el lóbulo paracentral izquierdo y el cerebelo (lóbulo V) y procesamiento temporal en las cortezas visuales tempranas.

Estos resultados sugieren que el rubor está asociado con el procesamiento autorreferencial y la activación en áreas del cerebro involucradas en la excitación emocional y la atención a estímulos relevantes para uno mismo. Esto respalda la idea de que el sonrojo puede ser desencadenado por procesos emocionales prerreflexivos más que por la mentalización. El estudio destaca el papel de la excitación emocional y el funcionamiento de la atención en el sonrojo y contribuye a la comprensión de la autoconciencia.


Fuentes:

Journal reference: