¿Quién lanza nuevas políticas para combatir el embarazo adolescente y las complicaciones de salud relacionadas?

Transparenz: Redaktionell erstellt und geprüft.
Veröffentlicht am

Para abordar la principal causa de muerte en el mundo entre niñas de 15 a 19 años, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó hoy nuevas directrices destinadas a prevenir el embarazo adolescente y sus importantes complicaciones de salud. Entre otras cosas, la directiva exige medidas rápidas para poner fin al matrimonio infantil, ampliar la educación de las niñas y mejorar el acceso a los servicios e información sobre salud sexual y reproductiva. El embarazo precoz puede tener graves consecuencias físicas y psicológicas para las niñas y las mujeres jóvenes y, a menudo, refleja desigualdades fundamentales que afectan su capacidad para gestionar sus relaciones y sus vidas. …

¿Quién lanza nuevas políticas para combatir el embarazo adolescente y las complicaciones de salud relacionadas?

Para abordar la principal causa de muerte en el mundo entre niñas de 15 a 19 años, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó hoy nuevas directrices destinadas a prevenir el embarazo adolescente y sus importantes complicaciones de salud.

Entre otras cosas, la directiva exige medidas rápidas para poner fin al matrimonio infantil, ampliar la educación de las niñas y mejorar el acceso a los servicios e información sobre salud sexual y reproductiva.

El embarazo precoz puede tener graves consecuencias físicas y psicológicas para las niñas y las mujeres jóvenes y, a menudo, refleja desigualdades fundamentales que afectan su capacidad para gestionar sus relaciones y sus vidas. Al abordar este problema, se pueden crear condiciones en las que las niñas y las jóvenes puedan prosperar, garantizando que permanezcan en la escuela, estén protegidas de la violencia y la coerción, tengan acceso a servicios de salud sexual y reproductiva que defiendan sus derechos y tengan opciones reales sobre su futuro. “

Dra. Pascale Altey, Directora de Investigación y Salud Sexual y Reproductiva de la OMS y el Programa Especial de las Naciones Unidas en Reproducción Humana (HRP)

Más de 21 millones de adolescentes quedan embarazadas cada año en países de ingresos bajos y medianos, aproximadamente la mitad de los cuales no son intencionados. Dado su impacto en la educación de las niñas, la conexión social y las perspectivas laborales futuras, el embarazo precoz puede crear ciclos de pobreza intergeneracional que son difíciles de romper. También trae consigo graves riesgos para la salud, incluidas tasas relativamente más altas de infección y nacimientos prematuros, así como complicaciones derivadas de abortos inseguros, junto con ciertos desafíos para acceder a una atención segura y respetuosa.

Las razones del embarazo precoz son variadas y están interrelacionadas, incluidas las desigualdades de género, la pobreza, la falta de oportunidades y la imposibilidad de acceder a servicios de salud sexual y reproductiva. Existe una fuerte correlación con el matrimonio infantil: en los países de ingresos bajos y medianos, 9 de cada 10 nacimientos de adolescentes ocurren entre niñas que se casaron antes de los 18 años.

La política recomienda esfuerzos holísticos para ofrecer alternativas viables al matrimonio precoz fortaleciendo la educación, los ahorros y las perspectivas de empleo de las niñas. Si todas las niñas completaran su educación secundaria, se estimaba que los hogares infantiles podrían reducirse hasta en dos tercios. Para las niñas en mayor riesgo, la política recomienda incentivos para apoyar la finalización de la escuela secundaria, como: B. becas financieras específicas o programas de becas. La política también recomienda leyes que prohíban el matrimonio de menores de 18 años, de conformidad con las normas de derechos humanos y el compromiso de la comunidad para prevenir esta práctica.

“El matrimonio precoz niega a las niñas su infancia y tiene graves consecuencias para su salud”, afirmó la Dra. Sheri Bastien, científica de salud sexual y reproductiva de adolescentes de Who. “La educación es fundamental para transformar el futuro de las niñas, ya que los jóvenes (tanto niños como niñas) comprenden el consentimiento para hacerse cargo de su salud y cuestionan las desigualdades de género clave que siguen impulsando altas tasas de matrimonio infantil y embarazo precoz en muchas partes del mundo”.

Las recomendaciones destacan la necesidad de garantizar que los adolescentes puedan acceder a servicios de salud sexual y reproductiva receptivos y de alta calidad, incluidas opciones anticonceptivas. En algunos países se requiere el consentimiento de un adulto para acceder a los servicios, lo que representa una barrera importante para su uso. Las niñas que quedan embarazadas deben poder acceder a atención médica respetuosa y de alta calidad, libre de estigma y discriminación, y a servicios de aborto seguro, incluso durante y después del embarazo y el parto.

Por último, la educación sexual integral es esencial tanto para niños como para niñas, garantizando dónde pueden acceder a dichos servicios y cómo utilizar diferentes tipos de anticonceptivos. Se ha demostrado que reduce los embarazos precoces, retrasa el inicio de la actividad sexual y mejora el conocimiento de los adolescentes sobre sus cuerpos y su salud reproductiva.

Esta política actualiza una edición anterior de la Política de Prevención del Embarazo en Adolescentes de 2011 y se centra específicamente en prevenir el matrimonio infantil y mejorar el acceso y el uso de anticonceptivos por parte de los adolescentes. Complementa quién tiene la orientación sobre servicios de salud para adolescentes, educación sexual integral y violencia de género.

Se han logrado avances en todo el mundo en la reducción de los embarazos y nacimientos en adolescentes. En 2021, se estima que 1 de cada 25 niñas nació antes de los 20 años, en comparación con 1 de cada 15 décadas antes. Siguen existiendo diferencias significativas. En algunos países, casi 1 de cada 10 adolescentes (de 15 a 19 años) da a luz cada año.


Fuentes: