Los opioides aumentan el riesgo de prolongar el dolor posoperatorio, estudio de reclamaciones
Si bien es una práctica común administrar medicamentos recetados a los pacientes después de la cirugía, un estudio reciente cuestiona la práctica predominante. El estudio en ratones demostró que el consumo de opioides después de la cirugía podría ser contraproducente. El hallazgo ha generado preocupación entre diversas partes interesadas, incluidos profesionales médicos, expertos, científicos, etc., que temen sus implicaciones para el manejo del dolor de los pacientes. El estudio destaca algunos de los aspectos más oscuros y menos conocidos de los opioides que probablemente empeoren la lucha en curso contra la crisis de los opioides. Dado que la fisiología humana de ambos mamíferos (ratones y humanos) es bastante similar, los investigadores están preocupados. Linda Watkins y...

Los opioides aumentan el riesgo de prolongar el dolor posoperatorio, estudio de reclamaciones
Si bien es una práctica común administrar medicamentos recetados a los pacientes después de la cirugía, un estudio reciente cuestiona la práctica predominante. El estudio en ratones demostró que el consumo de opioides después de la cirugía podría ser contraproducente. El hallazgo ha generado preocupación entre diversas partes interesadas, incluidos profesionales médicos, expertos, científicos, etc., que temen sus implicaciones para el manejo del dolor de los pacientes.
El estudio destaca algunos de los aspectos más oscuros y menos conocidos de los opioides que probablemente empeoren la lucha en curso contra la crisis de los opioides. Dado que la fisiología humana de ambos mamíferos (ratones y humanos) es bastante similar, los investigadores están preocupados. Linda Watkins y Peter Grace de la Universidad de Colorado Boulder realizaron una cirugía abdominal exploratoria en ratas macho.
También conocida como laparotomía, es una cirugía bastante común en Estados Unidos. A lo largo del estudio se realizaron unos tres experimentos para comprender los efectos de la morfina a largo plazo. Primero, a la mitad de las ratas se les administró una dosis moderada de morfina y a la otra mitad se les administró solución salina durante siete días después de la cirugía. En segundo lugar, a los ratones se les administró morfina durante ocho días y luego se redujo gradualmente el día 10. Finalmente, a los ratones se les administró morfina durante 10 días, después de lo cual se suspendió abruptamente.
Algunos de los resultados reveladores fueron los siguientes:
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Las ratas que recibieron morfina sufrieron dolor durante más de tres semanas.
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La duración del dolor depende del tiempo que usted toma morfina; El uso prolongado de morfina hace que el dolor dure más.
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La reducción gradual no tuvo ningún efecto sobre el dolor; Esto no se debió al abandono sino a otros factores laborales.
Los investigadores descubrieron que la prolongación del dolor posoperatorio se debía principalmente a una mayor expresión de genes inflamatorios, incluidos los que codifican el receptor tipo Toll 4 (TLR4), la proteína receptora tipo NOD 3 (NLRP3) y el factor nuclear kappa B (NF-κB). , caspasa-1 (CASP1), interleucina-1β ((IL-1) y factor de necrosis tumoral.
Alternativas no opioides para el control del dolor
La crisis de los opioides es sin duda una de las peores epidemias que ha asolado a Estados Unidos en los últimos tiempos. Si bien hace apenas unos años los opioides se consideraban la mejor cura para el dolor crónico, hoy se están estudiando intensamente. Sean Mackey, especialista en dolor de Stanford, está de acuerdo en que los opioides nunca deberían ser el tratamiento de primera línea debido a los riesgos que implican. En lugar de ello, primero se deberían probar alternativas sin opiáceos, sugirió.
Según Mackey, actualmente existen más de 200 medicamentos no opioides para el dolor. Los medicamentos no opioides, como el paracetamol para la osteoartritis, el dolor de espalda y las migrañas, no provocan sobredosis mortales relacionadas con los opioides. Del mismo modo, agentes tópicos como los antidepresivos tricíclicos (ATC) y los inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina (IRSN) se utilizan para tratar el dolor musculoesquelético localizado, la osteoartritis, etc.
Las intervenciones no farmacológicas, como la terapia con ejercicios y la terapia cognitivo-conductual (TCC), desempeñan un papel crucial en el tratamiento del dolor. Si bien la terapia con ejercicios mejora el bienestar general y promueve la satisfacción del paciente, la TCC reduce el dolor y mejora el funcionamiento en la vida diaria. Además de educar al paciente sobre técnicas de relajación y secuencias de respiración, la TCC lo guía a través del desarrollo de estrategias de afrontamiento necesarias para aliviar el dolor.
La intervención oportuna es esencial para la recuperación.
Debido a que son de naturaleza altamente adictiva, los medicamentos recetados, en particular los analgésicos opioides como Vicodin y la hidrocodona, aumentan el riesgo de desarrollar una adicción. La intervención oportuna es esencial para frenar la propagación de la adicción. Si no se tratan, las consecuencias deAbuso de medicamentos recetadospodría ser fatal.
Más que nada, es necesario reconocer que cada persona que vive con dolor tiene su propia historia y necesidades únicas. No todas las personas que viven con dolor responderán inmediatamente al tratamiento. Entonces, si bien la terapia con ejercicios y los medicamentos pueden funcionar para algunos, no necesariamente funcionarán para otros. Por lo tanto, hay que tener cuidado y precaución al tomar estos medicamentos.
Inspirado por Bárbara Odozi