Las dietas altas en colesterol aumentan el riesgo de ataque cardíaco en los veteranos estadounidenses, advierte un estudio

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Un estudio a gran escala de más de 180.000 veteranos muestra un vínculo claro entre el colesterol alto y un mayor riesgo de ataque cardíaco: debates de larga data sobre la dieta y la salud cardiovascular. En un estudio reciente publicado en el Journal of the American Heart Association, los investigadores evaluaron la asociación entre la ingesta de colesterol en la dieta y el riesgo de infarto de miocardio (IM) entre los veteranos estadounidenses que participan en el Programa Millón de Veteranos (MVP). Antecedentes La ingesta de colesterol y el riesgo de infarto de miocardio siguieron siendo significativos incluso después de suspender el consumo de frutas, verduras, cereales integrales y grasas poliinsaturadas, lo que indica un efecto independiente del colesterol sobre la salud del corazón. Cada año aproximadamente 805.000 experiencias…

Las dietas altas en colesterol aumentan el riesgo de ataque cardíaco en los veteranos estadounidenses, advierte un estudio

Un estudio a gran escala de más de 180.000 veteranos muestra un vínculo claro entre el colesterol alto y un mayor riesgo de ataque cardíaco: debates de larga data sobre la dieta y la salud cardiovascular.

En un estudio publicado recientemente en elRevista de la Asociación Estadounidense del CorazónLos investigadores evaluaron la asociación entre la ingesta dietética de colesterol y el riesgo de infarto de miocardio (IM) entre los veteranos estadounidenses que participan en el Programa Millón de Veteranos (MVP).

fondo

La ingesta de colesterol y el riesgo de infarto de miocardio siguieron siendo significativos incluso después de dejar de consumir frutas, verduras, cereales integrales y grasas poliinsaturadas, lo que indica un efecto independiente del colesterol sobre la salud del corazón.

Cada año, aproximadamente 805.000 estadounidenses experimentan un infarto de miocardio, de los cuales casi 200.000 son eventos recurrentes. La enfermedad de las arterias coronarias (EAC) sigue siendo la principal causa de mortalidad en los Estados Unidos y la dieta es un factor modificable importante que afecta el riesgo cardiovascular. Los enfoques dietéticos para detener la hipertensión (DASH) y las dietas mediterráneas, que son bajas en niveles de colesterol, se han asociado con una reducción de los eventos cardiovasculares. Por el contrario, durante mucho tiempo se ha discutido que la ingesta elevada de colesterol en la dieta es un factor en la EAC. Si bien algunos estudios sugieren una fuerte asociación entre los niveles de colesterol y un mayor riesgo de infarto de miocardio, otros no informan una relación significativa. La evidencia contradictoria justifica una mayor investigación sobre el papel de los niveles de colesterol en la dieta en la salud cardiovascular.

Sobre el estudio

El presente estudio recopiló datos de 180.156 veteranos con información completa sobre la ingesta dietética. La población del estudio fue predominantemente masculina (90%) y blanca (80%), lo que puede influir en la generalización de los resultados. Para minimizar la confusión, se excluyeron los participantes con cáncer o enfermedad cardiovascular preexistente al inicio del estudio. La ingesta dietética de colesterol se evaluó mediante un cuestionario de frecuencia semicuantitativo validado.

La información sobre datos demográficos, historial médico, tabaquismo, actividad física y uso de medicamentos se obtuvo a partir de encuestas autoinformadas y registros médicos electrónicos. Los casos incidentes de IM se identificaron mediante algoritmos validados que integran la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE), el procesamiento del lenguaje natural y las revisiones de registros médicos.

Se utilizaron modelos de riesgo proporcional COX para estimar el riesgo relativo (RR) de IM asociado con la ingesta dietética de colesterol, ajustando por edad, sexo, tabaquismo, ingesta de alcohol, ingesta total de calorías, actividad física, índice de masa corporal, antecedentes familiares de enfermedades cardíacas, uso de medicamentos para reducir el colesterol y adherencia a la dieta DASH. Se evaluaron relaciones dosis-respuesta tanto lineales como no lineales. Se realizaron análisis de sensibilidad para evaluar los efectos de posibles factores de confusión, incluida la ingesta de grasas saturadas y el uso de estatinas.

Resultados del estudio

Los veteranos que consumieron más de 400 mg/día de colesterol en la dieta tuvieron un riesgo 27% mayor de IM que aquellos que consumieron menos de 200 mg/día, destacando un mayor riesgo con ingestas más altas.

La mediana del tiempo de seguimiento entre 180.156 veteranos fue de 3,5 años. Los participantes que consumieron más de 300 mg/día de colesterol en la dieta tuvieron un riesgo 15% mayor de sufrir un infarto de miocardio en comparación con aquellos que consumieron menos. Se observó una relación dosis-respuesta, y cada 100 mg/día adicionales de ingesta dietética de colesterol se asoció con un aumento del 5 % en el riesgo de IM (RR, 1,05; intervalo de confianza [IC] del 95 %: 1,02-1,08).

La ingesta dietética de colesterol varió entre los participantes. Aquellos en el cuartil más alto (≥400 mg/día) tenían una mayor prevalencia de obesidad, menor adherencia a la dieta DASH y una mayor probabilidad de usar estatinas. Las principales fuentes alimenticias de los niveles de colesterol fueron los huevos, las aves y las carnes rojas. El mayor consumo de colesterol se correlacionó con el menor consumo de frutas, verduras y cereales integrales.

La adherencia a la dieta DASH modificó significativamente la asociación entre el colesterol dietético y el riesgo de infarto de miocardio. Los veteranos con mala adherencia a la dieta DASH y una ingesta alta de colesterol (≥300 mg/día) tuvieron un riesgo 36% mayor de IM que aquellos que seguían una dieta de alta calidad con una ingesta más baja de colesterol. Individualmente, la mala adherencia al DASH y la ingesta alta de colesterol se asociaron con un mayor riesgo de IM de aproximadamente un 20%, aunque el riesgo combinado no fue necesariamente aditivo, como se esperaba de cada factor individual.

Los análisis secundarios examinaron la posible interacción entre la ingesta dietética de colesterol y el uso de estatinas. Entre los usuarios de estatinas, la ingesta elevada de colesterol en la dieta se asoció con un aumento del 15% en el riesgo de sufrir un infarto de miocardio, mientras que los que no usaban estatinas tenían un riesgo un 23% mayor. Sin embargo, la interacción estadística no fue significativa (P = 0,82), lo que sugiere que la diferencia en el riesgo entre estos grupos se debió al azar más que a un verdadero efecto modificador del uso de estatinas.

Los ajustes por la ingesta de grasas saturadas atenuaron ligeramente las estimaciones de riesgo, pero la asociación siguió siendo significativa, lo que indica un efecto independiente del colesterol dietético sobre el riesgo de infarto de miocardio. Análisis de sensibilidad adicionales confirmaron la solidez de estos resultados. Los ajustes por la ingesta dietética de frutas, verduras, cereales integrales y ácidos grasos polimonoinsaturados no alteraron significativamente los resultados y fortalecieron la confiabilidad de la relación observada. Los resultados son consistentes con estudios previos que indican que las dietas ricas en colesterol contribuyen a un mayor riesgo cardiovascular.

Conclusiones

A pesar de los debates de larga data, este estudio refuerza las pautas recientes de la Asociación Estadounidense del Corazón que recomiendan patrones dietéticos más bajos en niveles de colesterol para la prevención de enfermedades cardíacas.

En conclusión, este gran estudio de cohorte proporciona pruebas sólidas de que una mayor ingesta de colesterol en la dieta se asocia con un mayor riesgo de infarto de miocardio en los veteranos estadounidenses. La relación dosis-respuesta observada resalta la importancia de las modificaciones dietéticas para reducir el riesgo cardiovascular. Si bien los resultados respaldan la limitación de la ingesta de colesterol, particularmente de fuentes como huevos y carnes rojas, también es importante considerar patrones dietéticos generales como el consumo de frutas, verduras y cereales integrales para optimizar la salud del corazón. Además, el cumplimiento de patrones dietéticos saludables para el corazón, como la dieta DASH y la mediterránea, puede proteger aún más contra el IM. Estos resultados respaldan las pautas dietéticas actuales que recomiendan limitar el consumo de colesterol para mejorar la salud cardiovascular.


Fuentes:

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